Recomendable para después de leer el libro.
Cuando lanzamos una moneda al aire, tenemos un 50% de
posibilidades de que salga cara o salga cruz como todos sabemos, pero nadie
sabemos que vamos a obtener porque solo hablamos en términos de probabilidad.
Es lo que llamamos Azar porque no depende de nosotros sino de ese puro libre
albedrío, de una “suerte”, buena o mala, ya que es un factor relativo
dependiendo del observador y de los protagonistas en juego.
Sin embargo, todo tiene un por qué y todo resultado está en función
del estado o progresión de unos parámetros bajo unas determinadas condiciones y
ese resultado es, a su vez, parte y progresión de otros resultados. Con el
tiempo, el ser humano ha ido descifrando comportamiento y consecuencias en
función de distintos datos, plasmándolos en formulas y ecuaciones matemáticas.
Esto lo hemos logrado incluso en procederes caóticos generando algoritmos que
sigan un patrón.
Un sistema no determinista es aquel en el que en el
resultado ha influido el azar. El determinista es, por tanto, el que podemos
saber con certeza el resultado ya que el azar no está involucrado. Pero…
¿Y si el propio Azar fuera un sistema determinista? Estoy
seguro de que sería así si tuviéramos los recursos necesarios para monitorizar
su seguimiento. Lo que todavía no hemos hecho, ha sido descubrir ese azar en
forma de suerte en las personas para ir a un campo más práctico y cercano.
Algún día se conseguirá, pero el desvelado de dicho misterio está en manos del
propio azar del progreso, paradójicamente.
Sin embargo, habría un <pero> importante: La propia manipulación y
observación de esa progresión para resolver la ecuación haría que el resultado
variara; por tanto, estaríamos falseando
el producto final por nuestra intervención.
Pensemos ahora en algunos aspectos de la física cuántica
donde se experimenta esto último mencionado:
Hace tiempo se pensó que el átomo era como los ladrillos
básicos que construían la materia y por eso se llamó partícula elemental, es
decir, no hay nada mas pequeño. Con el tiempo, se descubrieron subpartículas,
partículas de las que estaba formado el átomo y el estudio de todas esas
partículas dio lugar a la complejidad de la mecánica cuántica. La física de por
ahí abajo no responde a las leyes que conocemos de la física que vemos a
nuestra escala. Es muy particular.
Heisenberg nos mostró que a escala de física cuántica no se
podía determinar la posición y el momento lineal a la vez, es decir la
imposibilidad de que determinados pares de magnitudes físicas observables y
complementarias sean conocidas con precisión arbitraria. Si se fijaba el
interés en conocer la posición de la partícula se hacía más difícil conocer su
masa y velocidad. Por el contrario, si se quiere conocer la masa y la velocidad
no podemos saber su posición. Como si esa física se rebelara contra los observadores
para no desvelar toda la información. Tal y como hemos mencionado
anteriormente, podemos afirmar que la propia observación altera la “realidad”;
distinta si es observada o no, como el conocido experimento del Gato de
Schrodinger .
El físico E. Schrodinger ideó un experimento imaginario para
explicar el comportamiento tan anti-intuitivo de la mecánica cuántica. Este
consistía en meter un gato en una caja cerrada con un veneno y un dispositivo
con una partícula radiactiva que tiene la probabilidad de desintegrarse en un
tiempo dado y libere el veneno. Mientras no abrimos la caja, podemos decir que
el gato está vivo y muerto a la vez. Solo cuando abrimos la caja y observamos
podemos confirmar su estado. Podríamos decir que nuestra observación es quien determina
la realidad. Eso también nos puede dar a pensar que nuestra realidad podría
estar fijada por alguien superior cuando nos observa.
Una de las diferencias de la física cuántica sobre la física
newtoniana (también llamada así a la física convencional en honor al gran
físico Newton) es que mientras esta última se mueve de manera analógica a gran
escala (como planetas girando alrededor de una estrella), en la física cuántica
las partículas se mueven en cuantos de energía determinados (de ahí su nombre).
La mecánica cuántica nunca se basa en resultados fijos sino en probabilidades de resultados. Otras de sus características interesantes son:
La mecánica cuántica nunca se basa en resultados fijos sino en probabilidades de resultados. Otras de sus características interesantes son:
- Dualidad onda-partícula. - Hay veces que su comportamiento
lo vemos como una onda y otras veces como una partícula con experimentos como
hacer pasar haces de luz por rendijas para ver el resultado reflejado en la
pared. En ocasiones el haz de partículas se comporta como corpúsculo y otras
como una onda. Aquí también experimentamos el cambio de patrón por las interferencias
si observamos o no el experimento.
- El túnel cuántico.- Es decir, si hay una barrera cerca de
partículas, hay también una probabilidad de que el campo de acción de esas
partículas (por su condición de onda también) quede del otro lado de la barrera,
pudiendo atravesar por tanto ese límite de manera incomprensible. Se dice
entonces que una partícula puede estar en dos lados al mismo tiempo, en un lado
y en el otro de la barrera.
- Entrelazamiento.- El cambio de estado de una partícula
afecta a las otras de manera inmediata independientemente de la distancia que
las separe. Puede haber, por tanto, vinculaciones que no son alteradas por el
espacio y el tiempo que las separa. Muchos vínculos producidos por esta
cualidad pueden estar aún por descubrir.
Ciencia y Religión. –
Si preguntamos a un religioso qué había antes de la creación
del Universo nos dirá que la Eternidad. Cuando le hacemos la misma pregunta a
un científico, este explicará que antes del supuesto Big Bang, la gran
explosión antes del comienzo, no había nada; es decir no se había creado
todavía ni el espacio ni el tiempo (asociados entre sí como nos enseñó
Einstein), por consiguiente, podríamos decir que aún no había tiempo. ¿Qué es
la ausencia de tiempo sino la misma Eternidad? Hemos llegado al mismo punto de
la respuesta del religioso; hemos convergido Ciencia y Religión. Ambas se
entenderán entre sí algún día, aunque todavía queda tiempo para eso. Sin embargo, también ambas tendrán un hueco
reservado para albergar lo que la otra aún no puede explicar.
Continuando con esa convergencia entre ciencia y religión,
pensemos en los pensamientos del sacerdote acerca de la Compensación matemática
en la vida y el comportamiento cuántico. Analicemos esto ultimo primero.
Las partículas están en un estado, digamos “flotante”;
pueden tener un comportamiento u otro y hasta que no se las observa, podríamos
decir que están en varios estados a la vez. En el preciso instante que se las
observa es cuando descubrimos su estado.
Pero aún así, no podemos saberlo todo porque si fijamos su posición no podemos
fijar su cantidad de movimiento (masa y velocidad) y si fijamos esto último no
podemos saber su posición, como ya explicamos anteriormente. Por lo tanto, la
información se nos desvela solo cuando hacemos la observación, pero no toda. Es
como si la física de las partículas se reservara siempre algún as en la manga.
Curiosamente, ese as en la manga reservado dependerá de la última opción que se
tome o de la que se vaya a tomar después. Toda la materia está formada por
partículas subatómicas, por tanto, todos los cuerpos están sometidos a todo ese
maremágnum que sucede por ahí abajo en ese mundo micro. Esto, traducido a un
nivel de la vida cotidiana y meditado desde un punto de vista religioso, nos podría
dar a pensar que, a la hora de tomar una decisión, las distintas alternativas
están ahí y que un acto tendrá distintas consecuencias y podrá cambiar sobre la
marcha si quien lo ejecuta lo va a hacer con una buena intención o mala
intención. Es como si las partículas viajaran a su próximo futuro, yendo y
viniendo para ir viendo las consecuencias y posicionar su estado dependiendo de
la intencionalidad del individuo. Un
ejemplo podría ser el GCP (*1).
(*1). –
GCP es el proyecto o experimento llamado Global
Consciousness Project (Proyecto de Consciencia Global) llevado a cabo desde la
Universidad de Princeton desde 1998. Se basa en un generador aleatorio de
números, ceros y unos al azar basado en efecto túnel cuántico. Hay puntos de
monitorización repartidos por todo el planeta donde se están registrando los
datos.
Lo curioso es que se detectan cambios determinados en el patrón de los haces de números cuando la conciencia o sentimiento de las personas se ve afectada por algún gran desastre. Es como si se alinearan todas esas energías individuales y ejercieran un efecto en ese azar cuántico. Se comprobó en el atentado del 11-S en Nueva York o en el 11-M de Madrid y en otros muchos más donde hay una gran cantidad de personas afectadas que producen ese efecto global. Pero mas curioso aún, es que el cambio de patrón de ese haz de números al azar se produce momentos antes de que suceda la catástrofe.
Lo curioso es que se detectan cambios determinados en el patrón de los haces de números cuando la conciencia o sentimiento de las personas se ve afectada por algún gran desastre. Es como si se alinearan todas esas energías individuales y ejercieran un efecto en ese azar cuántico. Se comprobó en el atentado del 11-S en Nueva York o en el 11-M de Madrid y en otros muchos más donde hay una gran cantidad de personas afectadas que producen ese efecto global. Pero mas curioso aún, es que el cambio de patrón de ese haz de números al azar se produce momentos antes de que suceda la catástrofe.
Analicemos ahora el pensamiento del religioso referente a la
compensación de la probabilidad matemática.
Con todas las leyes en juego, las matemáticas, las de la
mecánica cuántica y alguna otra más… se puede concluir de manera empírica con
las siguientes reglas del juego:
-
Las leyes tienden a alejarte de los límites. Al
borde del extremo, tanto superior o inferior, como el considerado bueno o
considerado malo, las leyes hacen que se recupere posición alejándose de ese
borde en cualquier ámbito.
-
Se están formando grupos constantemente y estos
se van compensando siempre por medio de sus integrantes; además de la
influencia de otros grupos alrededor o en el interior en su correspondiente
medida.
-
Un individuo sigue su propia compensación, como
si fuera un grupo en sí mismo, compuesto de un número casi infinito de
parámetros de los que forman su persona y actos en todos los aspectos.
-
El individuo, a su vez, se ve afectado por la
compensación de los grupos a los que pertenece (amigos, familiares, conocidos,
compañeros de trabajo, entorno donde vive, etc. hasta llegar al grupo de la
humanidad entera y aún más allá).
-
Se están creando grupos nuevos constantemente
por lo tanto todo se va autorregulando. Desde el momento en que dos personas se
conocen, ambas influirán la una a la otra en la probabilidad de sucesos. Se
acaba de crear un nuevo grupo.
-
Si los grupos de elementos con algo en común
fueran esferas, todas las compensaciones seguirían una jerarquía como si fueran
esferas circunscritas donde las probabilidades dentro de una esfera también se
ven afectadas por la esfera siguiente superior e inferior en una medida
proporcional a su cercanía. Dando prioridad a las variables de la esfera en sí
y recibiendo impacto de las otras en su medida. (*2)
-
El trabajo bien hecho cuenta mucho para los
resultados, pero se puede ver mermado o aumentado de probabilidad de éxito
dependiendo de otros factores:
▪ Aumentan
opciones con: dedicación, esfuerzo,
sacrificio, ayuda a alguien desinteresadamente, dolor soportado, dolor
provocado desde el exterior, honestidad, humildad, amor y respeto al prójimo,
siendo victima con injusticia, etc.…
▪
Disminuyen opciones de obtener lo que se desea con: desinterés, oportunismo, racanería,
egoísmo, orgullo, prepotencia, arrogancia, envidia al prójimo, …
Además de lo dicho anteriormente, y del impacto de otros
grupos con una intensidad proporcional a la proximidad en la vinculación, todas
esas opciones de resultado entran también en la ruleta de la compensación en
función de su histórico de éxitos y fracasos correspondiente; por esta parte, si
se ha tenido una serie de aciertos seguidos podrá ser compensado a que el
siguiente sea un fallo, pero todas las condiciones anteriormente mencionadas
tendrán también su peso para el veredicto.
Esto se aplica tanto en micro sucesos como en sucesos de gran
magnitud. Al final, la famosa ley de los grandes números se impone y los
numerosos micro resultados se van ajustando y conforman el resultado final.
Como piezas de un gran puzle, todo irá encajando.
Muchas culturas antiguas han provocado sufrimientos y hecho
sacrificios. En sus civilizaciones, han tenido muchos años para comprobar de
manera empírica que después de sufrimientos vienen placeres, o al menos,
periodos de paz. Siempre atribuido a los Dioses, en forma de ofrendas a éstos.
Puede que no sea este el motivo de la regla a seguir, pero si da algunos
resultados… al fin y al cabo, son las leyes que ha tenido en cuenta el Creador
para la articulación del mundo.
En una parte de la novela se dice que los ricos podían
comprar tiempo. Aunque poco, arañaban un poco de tiempo en sus cuerpos respecto
a los demás y eso les merecía la pena cambiarlo por algo de su fortuna. Este
retraso de tiempo que experimentaban estaba basado en las leyes (dejó de ser teoría
hace tiempo) de la Relatividad de Einstein. En este fenómeno se apreció la
dilatación del tiempo cuando su cuerpo se le somete a grandes velocidades, o
bien a una atracción gravitatoria. Cuanto mayor sean esos valores de velocidad
o de gravedad mayor sería esa ralentización del tiempo respecto al exterior.
Para que el tiempo se ralentizara al máximo habría que llegar a los límites. En
el caso de la velocidad ese límite sería la velocidad de la luz y en el caso de
la gravedad sería una gravedad infinita (casi la que se da en el vórtice de un
agujero negro).
(*2). –
Para explicar las esferas concéntricas podríamos describir
muchos ejemplos de la vida cotidiana. Uno de ellos podría ser un jugador de
fútbol. El jugador obtiene resultados deportivos dependiendo de su entregado
esfuerzo y su buena técnica. Eso sería una esfera con el grupo de elementos que
engloba su buen hacer personal y dedicación. Sin embargo, esa misma esfera está
compuesta por otras esferas, que podríamos denominar subesferas, como por
ejemplo el numero de aciertos en los lanzamientos de penalti sobre todos los
lanzados, o los remates de cabeza bien ejecutados, y así, un gran etc. con todo
lo que queramos analizar y meter en la ruleta de las probabilidades, en la
ruleta de las compensaciones. Las subesferas se equilibran por sí mismas según
sus parámetros como elementos de su conjunto. Luego hay un equilibrio de la
esfera mayor que engloba las subesferas y se equilibra en base a todo lo de su
interior. Sin embargo, en algún momento, hay una influencia de una esfera
distinta exterior con vinculación; esto, para el jugador, pueden ser los
partidos que ha ganado y perdido su equipo en una competición. Cuantas más
veces seguidas haya ganado su equipo más se intentará equilibrar con una
derrota y eso va mermando las posibilidades de triunfo del jugador a pesar de
hacerlo muy bien individualmente. Habría otra esfera personal del jugador donde
estaría el conjunto de eventos que le han ido bien, o no tan bien, en otros ámbitos de su vida que están influyendo también. El equipo
estaría en función de las esferas de cada uno de sus jugadores, pero habría
otras influyentes como la de los negocios de inversión del presidente del
equipo. Incluso la vida personal de su presidente, o de su entrenador con sus altibajos
influirá en la probabilidad de éxito del equipo y por tanto en cada uno de sus
jugadores, mezclándose así con la de cada uno de ellos. Habría aún esferas
exteriores con menos impacto, pero con su porcentaje específico de influencia
como aficionados del equipo con sus correspondientes gritos de ánimo al equipo
y sus deseos en mayor o menor medida de que gane su equipo. Cada una de esas
personas tendrá su probabilidad propia de merecer una alegría de que gane su
equipo o una tristeza si pierde.
Hay grupos formados por elementos por todas partes de manera
dinámica van constantemente cambiando. Si conoces a una persona nueva se acaba
de crear un nuevo grupo de 2 elementos que antes no existía. Esa nueva persona
te puede desear el bien o el mal y la probabilidad de que se cumpla su deseo
salpica tu suerte en un determinado porcentaje de probabilidad; porcentaje que
no existía antes de conocer a dicha persona pero que ahora tiene efecto en ti
por pequeño que sea.
El planeta entero es un gran grupo con muchos elementos, los
seres humanos entre ellos y las variaciones de azar se suceden en uno y otro
lado del planeta, en unos y otros países a lo largo del tiempo igual que sucede
en una probeta llena de partículas solo que los tiempos de cambio y los
factores son muy diferentes; sin embargo, dirigidos todos por las leyes
dinámicas impuestas en nuestro universo. Es triste pensar que para que un grupo
esté disfrutando de privilegios se hace casi necesario que otro grupo esté en
el otro extremo pasándolo mal para mantener un equilibrio fuera de extremos de “todos
mal” o “todos bien”. Esto se da tanto en el planeta, en el universo, o dentro
de la probeta como decíamos.
Podemos intuir entonces que, cuanto más intenso es el bien o
el mal sobre un elemento o un grupo y cuanto mayor es el tiempo sin cambio de ese
estado, mayor es la probabilidad de que llegue ese cambio, tendiendo a la
compensación y equilibrio. Sin embargo, otros parámetros influirán también como
hemos hecho mención anteriormente. La justicia se acaba produciendo; tal vez no
cuando y como nosotros queremos, pero las leyes que hacen funcionar todo esto
encuentran el momento de hacerlo.
Si fuéramos capaces de crear un Universo desde cero (algún
día lo seremos), creo que aplicaríamos esta lógica para crear leyes que
equilibren los sucesos; que hubiera justicia entre las caras y las cruces en
base a ciertos parámetros, sin quitar libertad a los seres creados. No
obstante, estamos hechos a imagen y semejanza de nuestro Creador y estoy
convencido de que estamos destinados a ser Creadores.